lunes, 20 de mayo de 2024

 

EXCURSIÓN A LA COMARCA DEL ARANDA

Jueves, 16 de mayo, temprano con un día apacible y nubes rotas que van y vienen los 51 socios del Centro Terminillo más una guía y la conductora del autocar nos ponemos en marcha hacia la comarca del Aranda.

Por doquier encontramos los campos verdes donde se cosechan las cerezas y se cuajan las olivas y las almendras. Entramos en Jarque de Moncayo, primera parada, y andando entre calles estrechas y empinadas visitamos un centro de interpretación de la naturaleza que, de forma instructiva muy bien planteado, nos muestra la riqueza botánica y faunística que alberga aquella zona. Llegamos a escuchar el piar de los pájaros que vuelan sobre el valle. Más adelante subimos a las ruinas de uno que fue castillo desde el siglo XIV y del que nos cuentan retazos de su historia y de los intentos de reconstrucción que ha tenido.

Nuestro viaje continúa hasta Gotor que hace referencia a los godos que lo poblaron antes que los moros. Conserva un antiguo convento dominico, hoy albergue y restaurante, de grandes dimensiones, donde comemos en una de las múltiples salas que tiene. El atrio está en ruinas pero se aprecia su grandiosidad y buen trazado. Detrás nos vimos envueltos en los aromas de un jardín de las cuatro culturas -celtíbera, musulmana, judía y cristiana- que dejaron por allí su impronta y que han querido reflejar con plantas alusivas a cada cultura. Es una gozada pasearlo escuchando el significado de cada elemento que lo constituye.

Volvemos al autocar que nos conduce a la capital de la comarca, Illueca, famosa por su industria primero textil y luego del calzado y especialmente por ser la cuna del controvertido Papa Luna, con el título de Benedicto XIII, aquel aragonés cazurro que se mantuvo en sus trece hasta morir anciano en Peñíscola. La localidad a simple vista habla de prosperidad tendida a los pies del castillo y palacio de los Luna sobre un promontorio. Lo visitamos detenidamente guiados por quien sabía mucho de aquella historia y nos dejó bien ilustrados.

Ya estamos en la última parada, Brea de Aragón, donde nos esperan las sorpresas que encierra el museo del calzado. Allí se muestra cómo se hacen los zapatos desde el siglo XVIII con todo lujo de detalles fotográficos y materiales. Un auténtico lujo para el conocimiento de una industria que se exporta y da vida a la comarca. Se pueden comprar zapatos a buen precio.

Con un buen día de primavera, buenos guías de la tierra que sienten como suya la cultura y la riqueza de esta comarca feraz surcada por los ríos Aranda e Isuela a los pies del Moncayo y la buena compañía de unos vecinos que desde ahora son amigos, pasamos una jornada muy completa para recordar y contar a los nietos. Se puede repetir.

Antonio Aguilera